Rosalind Flankin y el ADN
En clase hemos aprendido que fueron Watson y Crick los grandes genios que descubrieron el secreto de la vida que encerraba la comprensión del ADN. Por ello fueron galardonados con Premio Nobel de Fisiología y Medicina por la determinación de la estructura del ADN.
Pero en campos de investigación en donde atraen la atención a muchos grupos de trabajo, la competencia puede llegar a ser cruel. Y estamos ante una gran injusticia que aún no ha sido oficialmente reparada.
Rosalind Flankin nació en Londres en 1920 en el seno de una familia judía. Se graduó en química en Cambridge, allí realizó su tesis doctoral. En el King´s College de Londres, estudió la estructura del ADN, del cual ya se sabía que jugaba un papel fundamental en la transferencia de información genética. Pero se desconocía cómo se hacía esa transmisión de información.
Rosalind determinó que el esqueleto fundamental del ADN de azúcares-fosfatos, estaba formado por dos cadenas, y no tres, como se creía. Además tenían forma de hélice.Lo que no había determinado era cómo se unían esas cadenas.
Watson junto con Crick terminaron de perfilar un análisis pormenorizado de la estructura que Rosalind había empezado, teniendo acceso de forma fraudulenta a la famosa foto nº 51 y otras que Rosalind presentó al Medical Research Council. Max Perutuz, director del Departamento de Biología Molecular, en el que trabajaban Watson y Crick revisó dicho documento en calidad evaluador y se lo pasó a sus chicos Watson y Crick a pesar de ser información confidencial.
A partir de esta información, llegaron a terminar el modelo de ADN y tuvieron la intución genial de describir los "peldaños" que resultaron ser la clave en el proceso de transmisión de información genética, a saber, el apareamiento mediante puentes de hidrógeno de bases adenina-timina, guanina-citosina.
La prestigiosa revista Nature publicó este modelo aunque ellos no aportaron nada de quién había comenzado el trabajo.
Tras recibir el Premio Nobel, fama y dinero, Watson en su libro La doble hélice hizo múltiples comentarios maliciosos de sus colegas, especialmente de Rosalind de la que hablaba como chica poco agraciada y siempre malhumorada.
La otra cara de la moneda fue la muerte de Rosalind por un cáncer de ovarios en 1958, seguramente propiciado por la larguísimas horas de trabajo sin la protección necesaria, en las que recibió dosis elevadas de rayos X.
Demasiado reconocimiento para los que salieron en la foto, pero no para quien la hizo: Rosalind Flankin
Rosalind Flankin
(Resumen extraído de "La doble hélice y la foto robada" de Adela Muñoz Páez, Revista Redes)
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