Por pura Curiosidad


       Hace treinta años, el matemático Jhon Allen Paulos acuñó el término anumerismo en alusión al mal que padecen aquellas personas que no manejan con soltura el concepto de número y azar, y que por tanto carecen de una visión global del contexto espacio-temporal y social en el que viven. 

       Por ejemplo, si la esperanza media de vida en España es de 82 años, esto significará que viviremos de media unas 4300 semanas, (curiosamente un número muy parecido al de títulos preinstalados en la memoria de algunos lectores electrónicos). Si cada español lee de media once libros al año (según la Federación de Gremios de Editores de España), a lo largo de la vida total no leerá más de 900 libros, sólo un 20% de los textos almacenados en un e-book o menos del 1% de los más de 80.000 títulos que se registraron el año pasado en el ISBN. El anumerismo, un mal que todos padecemos en alguna medida, nos impide ver el volumen de informaciones que condicionan nuestras acciones.

¿Cuál es el verdadero sentido de las misiones a Marte?

       Pero este mal se traslada en general a muchas noticias,  a menudo de corte científico, seguramente por no sentirnos cómodos con los conceptos necesarios o el fin real de la propia noticia. Imaginemos por un momento que un ciudadano medio se preguntase sobre la exploración de Marte. El rasgo utilitarista de nuestra sociedad occidental influye en nuestro modo de pensar: en algo tan caro como una misión a Marte es lógico que este ciudadano se cuestione si inversiones tan astronómicas de dinero, parte de las cuales son de capital español, es decir, se han pagado con nuestros impuestos, deben producir resultado satisfactorios y "rentables" rápidamente. Y más aún, si en estos tiempos de crisis estos gastos son éticos.


       De este modo los periodistas y algunas revistas científicas intentan justificar ese desaforado gasto con noticias que bien parecen un discurso político: ¿Cómo saber que la cura del cáncer no está en Marte?. Otros son mensajes que biólogos e ingenieros repiten hasta la saciedad como si fueran mantras: podríamos comprobar la hipótesis de que la vida es consecuencia de una evolución de la materia del Universo y bla,bla,bla... Éste es más utilitarista: la inversión en ciencia básica es la base de la tecnología que hoy utilizamos... También podemos encontrar argumentos más utópicos e inapropiados: por pura curiosidad, porque nos gusta descubrir algo totalmente inesperado.

       En el siguiente enlace, podéis escuchar una sección del programa "No es un día Cualquiera", en donde la periodista y directora del programa, Pepa Fernández, pregunta a Manuel Toharia, conocido popularmente como el "hombre del tiempo", sobre noticias científicas de actualidad. Esa semana tocaba el bosón de Higgs y el genoma del melón. La periodista insistía en sus preguntas sobre la utilidad práctica de estos descubrimientos científicos (rasgo de nuestra sociedad utilitarista). D. Manuel, seguro que influido por su afán de intentar ser lo más didáctico posible en una sección programa de radio dirigido a un público en general, cae en las explicaciones fáciles, como las que antes aludía, (descubrimientos científicos que aparentemente no tenían utilidad han necesitado de inventos que son hoy de uso común...), aunque al final dice las para mí palabras mágicas "para saber más, que no es poco". Sugerente esta entrevista para dar sentido a lo que intento transmitir.




Pincha en el icono para acceder al comentario científico de Manuel Toharia.

       El discurso político es fácil de entender, pero difícil de digerir. El segundo y tercer argumento tampoco son una sorpresa porque lo encontramos en cualquier menú de ciencia. Finalmente está lo inesperado, pero como nunca lo hemos probado, no sabré si me gustará o no, ya que lo que nos es completamente desconocido, no supone un desafío para nuestra razón; es como si no existiera.

  La misión Curiosity cuesta dos mil millones de dólares

       Ayer salió una noticia en prensa que podría cambiar los libros de Historia. Hace referencia a unas declaraciones de Jhon Grotzinger, líder de las investigaciones que están siendo realizadas por el rover Curiosity en Marte. Esto ha generado un conjunto de especulaciones sobre el hallazgo de evidencias de vida en aquel planeta que están transformando este asunto en algo parecido a  la historia de Pedro y el Lobo.

       Me he parado esta mañana a reflexionar por escrito sobre el nuevo revuelo mediático de una noticia científica, y acerca de si esto es necesario para que el ciudadano medio se ilustre de conocimientos científicos. 

        En primer lugar, quienes escriben estos artículos parten de la ignorancia de su interlocutor, por tanto estas noticias corren el riesgo de que al señor que no conocen pero a quien va dirigido su artículo, les ofrezcan respuestas a algo que nunca se ha preguntado, y hasta pueda que ni le interese lo más mínimo.

     En segundo lugar, y a base de hacer todo más digerible para el público general, se sintetiza tanto la información, que como resultado tenemos un discurso repetitivo (cuántas veces se ha hablado de agua descubierta en Marte y vida por descubrir)

       El filósofo Antonio Escohotado al intentar decir para qué sirve la filosofía, afirma que no tiene ninguna utilidad salvo para aumentar la humildad de quien filosofa, porque según él, la Filosofía consisten en el coraje de buscar lo general, aunque nos topemos continuamente con que lo que se quiere expresar contundentemente se nos escapa porque lo que en apariencia es sencillo, realmente no lo es. Incluir la humildad en el razonamiento humano es el primer paso para intentar Conocer partiendo de quiénes somos y de nuestras limitaciones.

    Y al hilo de este argumento, me pregunto (influenciado por mi deseo personal) si el fondo real del conocimiento científico no busca como fin prioritario la utilidad y la rentabilidad económica, sino el saber situarnos como humanos. 

       Quizá la Ciencia nunca debió dejar de ser parte de la Filosofía en su intento de descubrir cómo funciona el mundo y cómo es. Es un mal que se deriva de la especialización, concepto que vino de la economía y que supuso el divorcio entre Ciencia, Filosofía y Religión, como si el conocimiento estuviera contenido en departamentos estancos y sólo nos diera tiempo a especializarnos en algo, o como mucho en unos pocos.

       El vértigo se produce cuando intentamos pensar una misma cuestión desde varios puntos de vista de conocimiento. Comprendo que la Ciencia está elaborada por científicos que no la conciben como una actividad altruista: éstos, como seres humanos que son, buscan poder, reconocimiento personal, fastidiar a los colegas... Si esto fuera estrictamente así, entonces la Ciencia no persigue la búsqueda de la verdad como fin prioritario, sino sus propios intereses. Hay que ser realista: la actual Ciencia se enmarca dentro de un sistema económico capitalista, de libre competencia, y este sistema ha funcionado razonablemente bien no precisamente debido al altruismo, sino gracias a intereses propios de los agentes económicos. Quizá es esto lo que pase con la Ciencia actual: la competencia y el ansia de poder lleva a los científicos a hacer buena Ciencia.

       Este mismo sistema me ha proporcionado una serie de bienes, por ejemplo el acceso sencillo a la cultura: ahora tengo en mis manos una revista sobre la Misión Curiosity, la abro y aparecen ante mí las características técnicas de este sofisticado laboratorio marciano:

  • El sensor MEDLI recogerá datos para planificar la llegada de futuras misiones.
  • La cámara MARDI tomará imágenes que proporcionará información sobre el relieve y el contexto geológico del lugar exacto de aterrizaje (el cráter Gale)
  • La MASTCAM es un conjunto de cámaras cuyo objetivo es estudiar el abanico aluvial que se observa en la parte central del área de aterrizaje.
  • La DAN es una fuente pulsante de neutrones capaz de medir la concentración de agua e hidrógeno hasta un metro por debajo de la superficie.
  • La SAM es un espectrómetro capaz de detectar moléculas orgánicas...
       Podría enumerar más partes de este sofisticado laboratorio que está posado en Marte como la REMS, APXS, OMEGA, CHEMCAM, MAHLI... y para qué experimentos están destinados cada uno, pero he aquí mi asombro: ninguno de ellos está destinado a detectar procesos activos que indiquen la existencia de metabolismo biológico actual, es decir, de vida. No se trata pues de una misión astrobiológica a Marte, sino más bien geológica.

       Entonces, ¿por qué nos bombardean con informaciones sobre el estudio de la posible vida marciana por el Curiosity si este robot no está diseñado para ello? Es más, ¿si éste es el interés mediático, por qué no se ha mandado un laboratorio biológico en vez de geológico como es el Curiosity? ¿Porque la buena Ciencia se haya al margen de lo mediático? ¿Porque los científicos saben que es imposible encontrar vida allí? ¿Porque lo que se pretende es  preparar una futura misión tripulada a Marte? ¿Con qué intención?

       Como el artículo va de la Curiosidad (del rover marciano) he creído interesante añadir otra: los únicos robots mandados a Marte para detectar vida fueron las sondas Viking. Elaboraron una serie de experimentos a partir de unas muestras del suelo marciano. Las sondas recogían muestras y las introducía en un laboratorio automático en donde se llevaba a cabo todo el proceso. Según las primeras pruebas del experimento dio positivo, parecía haber vida en Marte. La noticia fue un bombazo. Pero el bioquímico catalán Joan Oró, de la NASA, descubrió que era un falso positivo. O sea, que un español de Lérida tiró por tierra la noticia más importante del siglo.

Carl Sagan junto a una Viking. El sueño que persiguió hasta su muerte, encontrar vida inteligente en otros mundos. Fue el principal impulsor de la Astrobiología. Su proyecto SETI está hoy parado por falta de fondos.

       Y si la noticia más importante del siglo sería saber si estamos solos en el Universo, ¿por qué ningún robot enviado a Marte ha sido expresamente diseñado para despejar esta duda? 

       Los científicos nos cuentan que la intensa radiación ultravioleta que alcanza la superficie marciana durante el día puede destruir cualquier compuesto orgánico, por lo que detectarlos directamente en el suelo o la superficie de rocas es una posibilidad remota. Hablo sólo de compuestos orgánicos, no de vida. ¿Es que realmente no esperan encontrar vida en Marte pero conviene mantener la noticia mediática de modo recurrente para justificar los fondos de estas misiones?  

       Prefiero quedarme más tranquilo y me sumo a la parte más humana de la nueva misión marciana.

       "La curiosidad es una fuerza poderosa. Sin ella no seríamos lo que somos hoy. La curiosidad es la pasión que nos conduce a través de nuestra vida cotidiana. Es esa necesidad de hacer preguntas que nos han convertido en exploradores y científicos"

       Estas palabras fueron escritas por Clara Ma, estudiante de 12 años y ganadora del concurso escolar destinado a "humanizar" con un nombre el rover Curiosity. Su pensamiento si bien pudiera parecernos ingenuo o sólo un discurso de palabras biensonantes y vacías, en realidad nos muestra poderosamente la otra cara de la moneda en el conocimiento humano. No menciona los dos mil millones de dólares que cuesta la misión Curiosity ni trata de justificaciones mediáticas. Expresa una condición fundamental que nos ha hecho avanzar como especie: la curiosidad humana.

Fuentes:


Diversos números de la revista Tribuna de Astronomía.

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